Es posible que en los últimos tiempos hayáis escuchado hablar algo más acerca de la energía solar fotovoltaica, sobre todo en relación al autoconsumo. Y no es de extrañar.
Lo cierto es que el descenso de los precios de los materiales, las continuas subidas de la luz o la eliminación de ciertas barreras burocráticas y legales han contribuido a que la potencia fotovoltaica instalada se dispare en todo el mundo. A esto, cabría sumarse, además, que vivimos en una sociedad cada vez más sensible a la problemática medioambiental.
Ahora bien, ¿ cuáles son las ventajas de instalar un sistema de placas solares en nuestra vivienda?
Diez motivos para apostar por la fotovoltaica
Como veníamos contando, estos últimos años han sido testigos del auge, desarrollo, implantación y popularización de la fotovoltaica. Según datos de la Agencia Andaluza de la Energía, el crecimiento de este nuevo modelo energético en Andalucía, por ejemplo, ha llegado estos últimos meses hasta el 250%; un dato especialmente significativo, teniendo en cuenta la situación de crisis mundial por la que seguimos pasando.
Y es que instalar un sistema solar de autoconsumo o con acumulación, supone grandes ventajas, tanto económicas como ambientales. Aquí os compartimos algunas de ellas:
- Instalaciones asequibles: la inversión inicial, cada día más económica gracias a la reducción de los precios de los materiales, se compensa en pocos años. Las placas solares, por ejemplo, han reducido su coste un 90% en esta última década. A esto añadir que los paneles cuentan con una vida media útil de 25 años.
- Revalorización de la casa. Algunos estudios hablan de un aumento del valor de la vivienda con instalación solar de hasta el 17%.
- Ahorro en la factura de la luz: la energía que emana del sol es gratuita. Y de ello, podremos favorecernos en parte, con una instalación de autoconsumo, o en su totalidad, incorporando también baterías solares. Las fluctuaciones del mercado eléctrico quedan en el pasado.
- Reducción de la huella ecológica: la fotovoltaica no es contaminante y, por ello, no causa el impacto nocivo de las convencionales. De este modo, se evita la emisión de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera y se protege el planeta.
- Energía silenciosa: los sistemas actuales no generan ruidos molestos; que sí producen, por ejemplo, otras alternativas como el uso de generadores.
- Las instalaciones necesitan de muy poco mantenimiento: y cada día menos. En las de autoconsumo, por ejemplo, solo será necesario vigilar la limpieza de los paneles.
- Existen tantas opciones como necesidades energéticas: los sistemas se dimensionan en función del consumo y características de cada inmueble.
- Integración arquitectónica: actualmente pueden encontrarse en el mercado materiales estéticamente adaptados a multitud de espacios, con el fin de no alterar la fisionomía de los edificios.
- Los excedentes pueden generarnos ingresos: el autoconsumo permite que la energía no consumida pase a la red eléctrica y genere beneficios.
- Y en definitiva, autosostenibilidad: es decir, independencia. Cada vivienda podrá gestionar su propio consumo.
